El vino kosher es mucho más que una simple bebida.
Está elaborado siguiendo estrictas leyes judías, garantizando así su idoneidad para el consumo dentro de la comunidad. Aunque muchos creen que debe ser bendecido por un rabino, en realidad lo crucial es que sea producido por judíos practicantes, siguiendo un protocolo de elaboración riguroso.
Para que un vino sea considerado kosher, debe seguir un protocolo de elaboración muy estricto, pero en esencia, tiene el mismo sabor y aroma que cualquier otro vino. Desde el viñedo hasta la bodega, cada paso es supervisado para cumplir con los requisitos, desde el manejo por parte de judíos religiosos hasta la ausencia de aditivos prohibidos.
En el viñedo, no se permiten fertilizantes orgánicos durante los dos últimos meses previos a la vendimia, y las uvas deben proceder de cepas con un mínimo de cuatro años de edad. Durante el séptimo año de vida de las plantas (el Sabbat), no se vendimia para permitir que la tierra se regenere. Además, el 1% de los beneficios deben destinarse a causas benéficas.
En el mundo, la demanda de vino kosher ha ido en aumento, llevando a la producción de estos vinos en países como Estados Unidos, Francia, Italia, Australia, Alemania y España. Bodegas reconocidas como Celler Capçanes, Elvi Wines, Señorío del Líbano, Finca Fontanals, Marco Abella y Bodegas del Pino elaboran excelentes vinos kosher que vale la pena probar, como el icónico Flor de Primavera Peraj Ha’Abib o el Taanug Anfiteatro.
¡Descubre todos los vinos kosher disponibles en Call Barcelona!