El shabat es un día sagrado en la tradición judía que comienza al atardecer del viernes y termina al anochecer del sábado. Durante este tiempo, se observan varias prácticas y se utilizan diferentes elementos que ayudan a crear un ambiente de descanso y reflexión.
Uno de los elementos más importantes es la vela de shabat, llamada «shabat shalom». Encendida antes de la puesta de sol, esta vela representa la luz y la paz que se busca durante este día especial. Además, se suelen encender dos velas más para marcar el comienzo del shabat y simbolizar los dos mandamientos relacionados con este día: recordar y observar el shabat.
La challah es otro elemento esencial. Se trata de un pan trenzado especial que se prepara exclusivamente para este día. La challah representa el sustento y la abundancia que se desea tener durante el shabat. Antes de comerla, se realiza el «motzi», una bendición que agradece a Dios por el pan.
Durante el shabat, también se utiliza una copa de vino especial llamada «kiddush». Antes de la comida principal del viernes por la noche, se recita una bendición sobre esta copa para santificar el día de descanso. El vino simboliza la alegría y la celebración del shabat.
Además de estos elementos, el shabat también implica la abstención de trabajar, encender fuego, utilizar dispositivos electrónicos y realizar ciertas actividades que se consideran «trabajo» según la tradición judía. En cambio, se dedica tiempo a la oración, el estudio de textos sagrados y a compartir momentos en familia.
El shabat es un día especial en el judaísmo que invita a desconectar del ritmo frenético de la vida diaria y conectar con lo sagrado. A través de sus elementos y prácticas, se crea un espacio para la reflexión, la espiritualidad y el disfrute de la compañía de seres queridos.