El judaísmo se caracteriza por su desarrollado sentido del humor. En todo el mundo se habla del humor judío como un cierto tipo de humor particular. El psicoanalista austríaco Theodor Reik, discípulo de Sigmund Freud, plantea que el humorismo judío posee importantes características particulares o nacionales, fruto de su historia y de su concepción religiosa.
Estima que las diferencias de este tipo de humorismo con el del resto de las naciones consiste en que el judaísmo posee un sentido del humor específico, analizando como la presión social del antisemitismo ha creado una comicidad que, en la mayoría de los casos, es una válvula de escape para soportar la situación de marginalidad y persecución.
El humor es, pues, un elemento clave para comprender la psicología del pueblo judío y un factor fundamental también para captar la perspectiva judía del antisemitismo.