La cadena que acompaña al yad no solo añade un toque decorativo, sino que también permite un manejo cómodo y seguro durante el uso. Con su longitud de 18 cm, es perfecto para señalar las palabras sagradas sin tocarlas, manteniendo así el respeto por el texto.
El acabado brillante del metal resalta en cualquier entorno, convirtiendo este yad en una pieza que atrae miradas. Ideal como regalo para ocasiones especiales o como una adición valiosa a tu propia colección ritual. Sin duda, un accesorio que enriquece la experiencia de cada lectura.